VIOLENCIA VERBAL

Las personas tenemos diferentes modos y formas de pensar, por lo que es habitual que surjan desacuerdos cuando interactuamos. Estos pequeños desacuerdos iniciales pueden evolucionar en conflictos más serios, lo cual es especialmente común en niños y adolescentes que se encuentran en el proceso de aprender a gestionar sus emociones y expresarse de manera adecuada. Por esta razón, uno de los conflictos que se produce con mayor frecuencia en el entorno educativo es el empleo de lenguaje ofensivo o insultos verbales.

Cuando un docente se enfrenta a esta situación, es crucial no pasar por alto el problema, ya que, si no se toman medidas desde el principio, este conflicto puede convertirse en un problema recurrente e incluso llegar a desencadenar, en los casos más graves, en agresiones físicas. En mi opinión, el docente debería escuchar a ambas partes de manera imparcial para comprender el origen del conflicto. Una vez que se ha hecho esto, el profesor debe esforzarse por promover la colaboración entre los alumnos, quizás a través de actividades que requieran trabajo en equipo.

También creo que para que no se den este tipo de situaciones es muy importante trabajar la autoestima y la inteligencia emocional de los estudiantes tanto en las aulas como fuera de ellas desde edades tempranas. En el entorno escolar, los docentes pueden abordar este aspecto durante las tutorías o. como demostramos en nuestra presentación la semana pasada (mis compañeros y yo), a través de actividades que se pueden integrar en diversas asignaturas. Esto contribuirá al desarrollo de las habilidades emocionales y al fortalecimiento de la autoestima de los estudiantes, lo que, a su vez, puede ayudar a prevenir conflictos, fomentar relaciones sanas y promover un ambiente de aprendizaje más saludable y positivo.

En realidad, en un entorno educativo pueden surgir multitud de conflictos además del mencionado. ¿Conoces algún otro problema que pueden ocurrir en un aula? ¿Cómo se podrían manejar esa situación??