TEA: TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA
EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO
Dentro del espectro autista, la
diversidad es muy amplia. A lo largo de los años, se ha intentado clasificar
este término en función de las características y la sintomatología que presenta.
En 2013, se unificaron todos
estos conceptos en una sola categoría conocida como Trastorno del Espectro
Autista (TEA)
¿QUÉ
ES EL TEA?
El autismo es un trastorno que se
encuentra en aumento en la sociedad y, por lo tanto, en las escuelas. Se trata
de trastorno de origen neurobiológico que afecta el sistema nervioso y el
funcionamiento cerebral que se hace evidente principalmente en los primeros
tres años de vida y que no afecta a todas las personas por igual. Esto conduce
a dificultades en dos áreas principales: la comunicación e interacción social,
así como la flexibilidad del pensamiento y la conducta. Además, es importante
mencionar que la genética desempeña un papel fundamental en el desarrollo del TEA.
Diversas investigaciones han demostrado que este trastorno puede estar
vinculado tanto a anomalías genéticas como a cambios en los cromosomas.
¿A
QUE AFECTA NIVEL ANATÓMICO?
El TEA puede causar diferencias
estructurales en el cerebro y en la conectividad neuronal en comparación con
individuos que no lo padecen, lo que afecta al sistema nervioso y al
funcionamiento cerebral.
¿A
QUE AFECTA NIVEL FUNCIONAL?
En relación a su capacidad motora
tienen cierto retraso en la adquisición de determinadas habilidades debido a su
falta de coordinación, porque sus movimientos son rígidos. Además, suelen realizar
movimientos repetitivos, como balanceo del tronco, andar de puntillas, sacudidas
de cabeza, correr en círculos, agitación de manos….
En términos cognitivos, las
personas con TEA suelen tener un desarrollo normal o incluso superior. Sin
embargo, enfrentan desafíos en aspectos cotidianos, como la comprensión del
humor, las metáforas y la expresión de emociones. También pueden tener problemas
a la hora de entender las reglas de un juego. En lo que respecta a la
socialización, tienden a aislarse de sus compañeros, lo que puede deberse a sus
dificultades en las interacciones sociales. Además, presentan desafíos en las
habilidades pragmáticas del lenguaje, es decir, presentan dificultades para mantener
una conversación o mantener el turno de palabra.
MEDIDAS QUE FACILITAN UNA PARTICIPACIÓN PLENA Y FELIZ
Es esencial tener en cuenta que
los alumnos con TEA suelen procesar la información de manera más efectiva de
forma visual en lugar de auditiva. Por lo tanto, es recomendable utilizar
pictogramas y otros apoyos visuales para facilitar la comunicación y la comprensión.
Además, estos alumnos son muy susceptibles
a los cambios por lo que necesitan rutinas estructuradas y horarios establecidos,
así como conocer con anterioridad las actividades que van a llevar a cabo
durante el día, evitando así episodios de ansiedad y nerviosismo.
También es importante presentar
el temario de manera gradual y secuencial, evitando sobrecargarlos con una gran
cantidad de información a la vez. Esto les permite asimilar mejor los conceptos
y reducir la posibilidad de sentirse abrumados.
En resumen, trabajar con alumnos
con TEA implica adaptar tanto el entorno como la didáctica a sus preferencias y
necesidades, utilizando apoyos visuales, estableciendo rutinas y presentando el
contenido de manera gradual para optimizar su aprendizaje y bienestar.
(Mención especial a mi amiga
Blanca, maestra de educación primaria especializada en pedagogía terapéutica (PT)
por ayudarme con esta entrada💜)
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