BAJO PRESIÓN

Tengo una pequeña confesión: soy como esos diamantes que brillan bajo presión.

En el mundo de la química, la presión y la temperatura pueden transformar elementos comunes en cosas excepcionales. Esto es lo que pasa con el carbono, que, con el tiempo y la presión adecuada, se convierte en un preciado diamante.

En mi caso, me sucede algo parecido. He descubierto que trabajar bajo presión me impulsa a dar lo mejor de mí; vamos que yo brillo y rindo al máximo cuando la presión está de por medio.

Es por ello que pienso que no hay que tener miedo de la presión, ya que puede impulsarnos hacia descubrimientos brillantes y resultados asombrosos.




Comentarios

  1. La presión, en este caso, en el trabajo, ayuda a aumentar la concentración, la capacidad de trabajo, y la agilidad mental y creativa, lo que aumenta la productividad y te hace ser más competitivos.
    Un químico aficionado

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  2. Gracias, Andrea por compartir tus pensamientos al respecto de las bondades de la presión.

    A este respecto puedo decir que entiendo que se pueda ver como algo positivo durante algún tiempo, si bien cuando se han tenido cierto nivel de experiencias vitales es muy probable que se empiece a ver de otra manera.

    Para mí la presión es necesaria durante un tiempo para poder observar nuestros propios límites mentales, que son en última instancia los que producen la presión, y a partir de llegar a zonas complicadas, en ocasiones de sufrimiento importante, y dependiendo del nivel de aguante de cada persona, entonces empezar a cambiar el rumbo de nuestra manera de pensar y para volvernos más fuertes mentalmente.

    Pero esto que digo sólo tiene sentido cuando se experimenta o se ha experimentado, y entonces es posible entenderlo bien.

    ¡Mucho ánimo y un abrazo!

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